Si nunca has visitado Portbou, te sorprenderás, seguro. Una villa acurrucada alrededor de una riera que llega al mar, como tantas en nuestra costa. Casas una al lado de la otra en calles estrechas y empinadas, como en tantos lugares. Pero con un mar único, de azules particulares y preciosos, y con una montaña que se precipita, sin avisar.
Sonríe, corre, nada, salta, prueba, disfruta, embelésate... ¡estás en Portbou, el mar de los Pirineos!